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viernes, 5 de febrero de 2010
NO A LA IMPUNIDAD..!

La familia del migrante azuayo Luis Gerardo Encalada Bueno, asesinado el 6 de noviembre del 2009 en Dambury, estado de Connecticut (Estados Unidos) exige justicia.
El caso se reabrió en los últimos días debido a que el supuesto responsable de su muerte, Joseph Da Silva Jr, se entregó a la justicia norteamericana.
Según información de 1700migrante, entidad que maneja el caso desde Cuenca, el sospechoso es un importante empresario de origen portugués, dueño de agencias de bienes raíces en Connecticut, “un pueblo que tiene serios antecedentes negativos contra los inmigrantes…” Aun no está confirmado si se trató de un crimen por odio racial.
Murió por golpes
El compatriota, oriundo de la parroquia Zhidmad, del cantón Gualaceo, murió como resultado de una hemorragia interna, hígado desgarrado y heridas por golpes con objeto contundente.
Luis Encalada viajó a EE.UU hace 7 años, y a decir de sus allegados, su principal interés era dar educación a sus hijos y brindarles un espacio donde vivir.
En el país del norte, los dos primeros años laboró lavando platos en un restaurante en New Jersey, pero luego fue a Dambury donde le ofrecieron un trabajo como albañil con mejor remuneración.
Encalada dejó a nueve hijos en la orfandad. El mayor tiene 24 años y el último acabó de cumplir 8
Drama
Elsa, la hija mayor de Encalada, relató que su padre era un hombre trabajador. Contó que pocas horas antes de su muerte conversó con su hermano y le ofreció hacerle un depósito para comprar libros. Desde aquel día no volvieron a saber nada sobre él.
Dos días después, una de sus vecinas cuyos hijos viven en Estados Unidos, llegó hasta su casa para darles la fatal noticia.
Fueron hasta la Secretaria Nacional del Migrante (SENAMI) donde les confirmaron lo sucedido.
Esta dependencia gubernamental se encargó de repatriar el cadáver que llegó a Ecuador luego de casi un mes de reportado el hecho.
Elsa afirmó que lo único que saben del asesinato es que se produjo al interior de una vivienda presuntamente propiedad del sospechoso, quien arremetió contra cinco trabajadores que se encontraban dentro, entre los que estaba el migrante ecuatoriano.
Tres alcanzaron a huir y los dos restantes fueron alcanzados por los golpes. Encalada llevó la peor parte, mientras que su compañero se recuperó de las heridas.
La esposa
María Hortensia Bueno, esposa de Encala, dijo que pocas horas antes de ser notificada de la muerte, sentía un mal presentimiento que no le permitía conciliar el sueño. “Todo sucedió tan rápido”, que hasta ahora le cuesta creer que su esposo está muerto.
La mujer está desesperada pues tiene a su cargo una deuda de alrededor de 14.000 dólares en una entidad financiera que le dio un plazo de dos meses para hacer efectivas las garantías.
Pide justicia y de ser posible que se les entregue una indemnización, pues, si bien el dinero no le restará el dolor, les ayudará a solventar sus gastos, dado que a raíz de la muerte de Encalada quedaron totalmente desamparados.
Investigaciones
Según 1700migrante, los cargos que se le imputan a Da Silva son: primer grado de homicidio involuntario, y 3 cargos por asalto, uno en primer y dos en segundo grado.
Tras la entrega, el sospechoso pagó 100 mil dólares como garantía para salir en libertad pero tiene que regresar ante la Corte Superior el 9 de febrero para iniciar el proceso legal.
En un comunicado de esta empresa que defiende a los migrantes se señala que los cargos de homicidio involuntario realizados por la Policía son insuficientes y se procederá a realizar los trámites legales pertinentes para entablar una demanda penal y civil en contra de este individuo. (CSM)
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